Exposición virtual: La malaria en el punto de mira

Exposición virtual: La malaria en el punto de mira

La presente exposición presenta, mediante obras bibliográficas, objetos e imágenes gráficas, un recorrido por la historia de la lucha contra la malaria, desde los orígenes míticos de los primeros tratamientos, hasta las innovaciones desarrolladas recientemente.

Siempre se ha dicho que la malaria es el epítome de la enfermedad ligada a la pobreza. Y efectivamente, de los 219 millones de casos y más de 430.000 muertes que tuvieron lugar en el mundo en el año 2017, el 90% se concentraron en el África subsahariana, particularmente en las zonas con servicios de salud más frágiles y condiciones más desfavorecidas.

 

La malaria, llamada también paludismo en algunas regiones del mundo, es una enfermedad causada por cinco especies de parásitos protozoarios del género Plasmodium. Junto con la neumonía y la diarrea, es una de las principales causas de muerte infantil a nivel global y se considera uno de los componentes más importantes del círculo vicioso entre enfermedad y pobreza en el que está sumido el continente africano. Algunos países gastan hasta el 40% de su presupuesto total en salud en combatir la malaria, y algunas estimaciones han cifrado las pérdidas del Producto Nacional Bruto en África asociadas a ella en hasta 9.500 millones de euros al año.

 

Los síntomas asociados con la malaria se han descrito desde tiempos inmemoriales, históricamente asociados a ambientes pantanosos y atribuidos a una combinación de ‘miasmas’ y ‘efluvios’ peligrosos que desencadenaban un desequilibrio en el cuerpo y causaban la enfermedad. No fue hasta finales del siglo XIX que el médico francés Charles Louis Alphonse Laveran relacionó las fiebres cíclicas acompañadas de escalofríos, anemia e inflamación del bazo, con la presencia en la sangre de parásitos del género Plasmodium. Poco después, Ronald Ross estableció el papel de los mosquitos como vectores de la enfermedad. Ambos recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por sus descubrimientos.

 

Desde hace décadas, la malaria supone una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias tanto nacionales como internacionales. Ya en el año 1924 la Sociedad de Naciones creó una Comisión de Paludismo, que luego dio lugar al Programa de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 1955 este programa lanzó una campaña mundial para erradicar la enfermedad que, a pesar de conseguir avances significativos en numerosas regiones del mundo, fue suspendida en 1969 al reconocerse que no era realista pretender erradicar la malaria de África con las herramientas de las que se disponía en ese momento.

 

Actualmente, las principales herramientas contra la malaria son las pruebas de diagnóstico rápido, las terapias combinadas con artemisinina, el control del vector -mediante fumigaciones y distribución masiva de redes mosquiteras impregnadas en insecticida- y la profilaxis a través de la administración intermitente de fármacos a niños, bebés y mujeres embarazadas. La muy esperada vacuna contra la malaria está siendo implementada de forma piloto en tres países africanos -Malawi, Kenia y Ghana- a través del programa expandido de inmunización en la edad infantil. Los resultados de esta implementación controlada determinaran su futuro despliegue a gran escala en África.

 

Se calcula que, a día de hoy, la mitad de la población mundial vive en zonas con riesgo de enfermar de malaria, una enfermedad que se puede prevenir y curar, pero que, si no se trata a tiempo, evoluciona hacia formas casi siempre letales. Miles de personas trabajan cada día para evitarlo a todos los niveles de los sistemas de salud de los países endémicos, así como en instancias superiores como la OMS, los organismos que apoyan financieramente a los países -como el  Fondo Mundial de lucha contra la tuberculosis, el sida y la malaria- y organizaciones que apoyan la investigación científica, incluyendo la Fundación Bill & Melinda Gates, la Comisión Europea y ”la Caixa” entre muchas otras. Entre todos, esperan disminuir el peso que esta enfermedad supone para millones de personas y, algún día, llegar a erradicarla.

Comisariada por:
Dr. Quique Bassat
 
Con la colaboración de:
Instituto de Salud Global de Barcelona
 
Montaje y organización:
CRAI Biblioteca del Campus Clínic