2.1. Elección del tema
A la hora de escoger el tema, es importante que elijamos uno que nos guste. Le dedicaremos muchas horas y nos será todo más fácil si el tema nos motiva y estimula.
Lluvia de ideas: las técnicas de lluvia de ideas (brainstorming) pueden ayudar a enfocar y a organizar las ideas.
Escritura libre: escribir sobre el tema durante unos diez o quince minutos seguidos, sin detenerse a pensar en el estilo o en la estructura, dejando que las ideas fluyan, puede ser un buen modo de ver si el tema es demasiado amplio o demasiado limitado. Esta técnica también puede provocar que se nos ocurran nuevos argumentos o enfocar el tema desde una nueva perspectiva.
Mapas conceptuales o esquemas textuales: también obligan a la reflexión alrededor de un tema y de sus posibles desarrollos. Se pueden hacer mapas con los temas que vayan surgiendo, apuntando para cada uno su relevancia, las posibilidades que proporciona para hacer el trabajo y su interés. Podemos hacer crecer el mapa con subtemas e ideas relacionadas. Eso nos dará una perspectiva del alcance y de la estructura que puede llegar a tener el trabajo.
Estrategia conversacional: hacerse una serie de preguntas sobre el tema e intentar contestarlas. Se puede llevar a cabo el mismo ejercicio conversando con algún compañero o con una persona de confianza. Esta técnica te permite aclarar o desarrollar las ideas iniciales del trabajo.
2.2.1 Las palabras clave
Antes de empezar a buscar bibliografía es importante que el tema del trabajo esté claramente definido. A partir del enunciado del trabajo, podemos extraer aquellos términos, conceptos y palabras clave significativas que describan bien nuestra investigación.
Las palabras clave son los términos que nos ayudarán a transmitir el concepto principal del tema y nos servirán como base para empezar a buscar en catálogos y en bases de datos. Para comenzar, podemos confeccionar una lista de las palabras clave que incluya también:
Esta lista no debería ser fija o inamovible. A partir de las lecturas que vayamos haciendo y de los resultados de las búsquedas bibliográficas, nos iremos familiarizando paulatinamente con la terminología utilizada por los expertos de nuestro ámbito temático y descubriremos nuevos términos o conceptos para incluir o sustituir a la hora de plantear la búsqueda.
2.2.2 La estrategia de búsqueda
Mediante las diferentes búsquedas que vayamos realizando, iremos probando la eficacia de las palabras clave de nuestra lista y cambiaremos todas las que sean necesarias hasta que los resultados sean satisfactorios, tanto en número como en contenido.
El problema más habitual cuando buscamos información es el exceso de referencias bibliográficas resultante. Para evitarlo, podemos utilizar algunas herramientas y estrategias de búsqueda:
Cuando los resultados sean demasiados escasos:
2.3 Documentar la búsqueda
Tomar nota de las búsquedas que vayamos haciendo nos ayudará a no tener que repetirlas en diferentes momentos del proceso de realización del trabajo (citación, documentación y referencias) y poder volver sobre nuestros pasos cada vez que sea necesario.
Tanto el buscador del CRAI como la mayoría de portales y bases de datos ofrecen la posibilidad de tener un perfil o registro personal en la plataforma, donde poder guardar el historial de las búsquedas y, así, poder volverlas a ejecutar o revisar cada vez que nos convenga. También se pueden crear alertas para recibir avisos de los nuevos documentos que se hayan ido incorporando a la base de datos sobre la temática de nuestro interés.
Un gestor de bibliografía como Mendeley o Zotero nos puede ayudar en este proceso, dado que disponen de herramientas de organización (etiquetas y colecciones) y de anotación (subrayado y anotación de PDF y notas generales). En el apartado 6 de esta guía se habla de la gestión de la bibliografía.
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