Una definición rápida diría que plagiar es hacer pasar una obra de tipo intelectual o artística ajena como propia. Sin embargo, también se puede considerar plagio no hacer mención de las fuentes consultadas para la elaboración de una obra, copiar fragmentos enteros, parafrasear textos, entre otras prácticas poco éticas.
En una primera instancia el plagio perjudica al creador de la obra original que ve violentados sus derechos de autor.
En un entorno académico también perjudica la actividad docente que ve alterada su función de formar y dotar de conocimiento. Pero además sale perjudicado quien lo comete. Las capacidades de análisis, síntesis y crítica de las fuentes de información son habilidades fundamentales para el desarrollo personal y académico que también se adquieren en la formación universitaria. Plagiando se pierde la oportunidad de desarrollarlas.
Aparte del caso más evidente de hacer pasar como propio el trabajo de otro, hay otros ejemplos de plagio:
Simplemente observando una serie de buenas prácticas a la hora de elaborar un trabajo:
En la actualidad existen varios softwares para detectar de manera automática evidencias de plagio en un trabajo. La Universidad de Barcelona dispone de uno de estos softwares, llamado URKUND, que es usado por numerosas universidades e instituciones académicas de todo el mundo y que está integrado en el Campus Virtual.
Evidentemente, aparte de los perjuicios ya mencionados, plagiar puede tener consecuencias académicas y, en los casos más extremos, incluso legales.
El CRAI de la Universidad de Barcelona ofrece abundante información relacionada con el plagio y la elaboración de trabajos académicos en general:
Para obtener más información, consultad las Preguntas más frecuentes o contactad con nosotros a través de Servicio de Atención a los Usuarios (S@U).
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