Universitarios y sanitarios en guerra

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Los sanitarios en el ejército borbónico

 

"Por Real disposición del 13 de Septiembre de 1707, y para combatir el intrusismo de los "barberos" y su poca preparación en lo referente a la cirugía se determina que estos sean examinados.

 

Respecto a los Hospitales, la Real Ordenanza de 26 de septiembre de 1704, dispone se asigne a cada hospital de cada ejército un médico-doctor, un cirujano mayor, dos ayudantes de cirujano y doce practicantes de cirugía.

 

En el ejército de Felipe V que operaba sobre Barcelona por los años de 1713-1714, figuraba un hospital volante de campaña con capacidad para 600 enfermos o heridos, con la siguiente plantilla: Proto-médico uno, cirujano mayor uno, ayudante 1° de cirugía uno, boticario mayor uno, segundos ayudantes de cirujano 18, practicantes 10, un teniente vicario, cuatro capellanes, un sacristán y un contralor. La principal figura del hospital era el contralor, el propio director no podía tomar ninguna determinación por sí mismo, estaba únicamente supeditado a los comisarios de guerra.

 

En 1713 los hospitales militares fijos eran los siguientes: En Extremadura los de Badajoz y Alcántara; en Castilla los de Ciudad-Rodrigo y Zamora; en Aragón los de Zaragoza, Mequinenza, Lérida y Monzón y en Cataluña el de Balaguer, existiendo también un hospital volante en Tortosa.

 

Además de los hospitales fijos se distinguían los llamados hospitales de primera sangre que eran en realidad los puestos de socorro instalados a unos 1500 pies de Rey de la de la línea de fuego y cuyo servicio lo prestaban los cirujanos de los cuerpos de segunda línea y los de entrelíneas; los cirujanos de primera línea o línea de fuego no permanecían en ella, sino que se incorporaban al hospital ambulante o ambulancia para reforzarlos: en ellos solo permanecían los enfermos y heridos, después de su asistencia, hasta que fueran evacuados, en la primera ocasión a los fijos."

 

Velamazán Díaz V, Velamazán Perdomo V, Velamazán Perdomo M. La medicina española durante la Guerra de Sucesión. La Guerra de Sucesión en España y América?: actas X Jornadas Nacionales de Historia Militar, Sevilla, 13-17 de noviembre de 2000. Madrid: Deimos, 2001. p. 929–42.

 

El Hospital de la Santa Cruz

 

“[…] Todos estos los elementos nos indican que la Santa cruz fue un espacio muy vivo y, absolutamente, fundamental para garantizar el restablecimiento de los numerosos militares y civiles que pedían su asistencia. Quizá no podremos saber nunca hasta qué punto fue relevante, pero somos de la opinión de que esta institución fue clave en momentos en que la guerra era favorable a los intereses franco-españoles, esencialmente, a raíz de la superioridad humana y técnica. Por tanto, no sería exagerado afirmar que, en buena medida, el hospital posibilitó la resistencia de la causa del país. Ja hemos visto como los asediados sobre la ciudad Condal ejemplificaban este hecho. Por otro lado, nos parece muy interesante señalar como los sucesos ocurridos catapultaron la institución, provocando que la Santa Cruz fuese, sin quererlo, una especie de “cuartel-hospital” de la capital catalana, sin dejar de ser la primera institución sociosanitaria del territorio. Compartir este espacio significaba que el mundo civil y militar se encontrasen en un mismo lugar.

 

No nos tiene que extrañar, pues, que los paisanos que entraban a curarse pudieran acabar enrolados en alguna compañía.

 

La dimensión militar que adquirió la institución durante el periodo de enfrentamiento es innegable. Acercarse a su documentación es conocer la vertiente más prosaica de la guerra. Poco a poco, los investigadores vamos profundizando en la historia social de los combatientes que participaron en estos grandes conflictos armados. La Santa Cruz es una para obligatoria. La institución palió con creces las carencias de la organización militar, sobre todo, en términos sanitarios. Algunas cifras parecen confirmar este éxito.

 

Según nuestros cálculos, mientras los combates estaban presentes en Cataluña, en las instalaciones hospitalarias se contabilizan alrededor de 18.500 entradas del estamento castrense. Los índices de mortalidad fueron relativamente bajos: el 15,64% de las estancias documentadas. Sobre el período de reposo, en los casos en que se ha conservado la entrada y la salida del convaleciente, encontramos que el 67% permaneció un máximo de catorce días. Quién sabe si sin la Santa Cruz, la Guerra de la Sucesión en Cataluña hubiera durado nueve años. “

 

Cases Ibàñez A. La Guerra de Successió a través de l’Hospital de la Santa Creu. A: Medicina i Farmàcia. Barcelona 1700.

 

Los estudiantes de Medicina durante el sitio de Barcelona (1713)

 

"[septiembre de 1713]

 

"Hoy la compañía de los estudiantes de teología, filosofía y medicina de quien era capitán el Dr. Fornès, catedrático de medicina, son juntados en la sala grande y de allí por el claustro donde han dejado las armas, menos 8 que han entrados en la capilla de St. Tomás donde se ha dado una misa y después de ella, el sacerdote ha bendecido la bandera.”

 

Política, religió i vida quotidiana en temps de guerra (1705-1714) El dietari del Convent de Santa Caterina...... pàgina 83

 

"No sólo el pueblo y la nobleza, sino el clero secular y el regular, estuvieron dispuestos al sacrificio. El 24 de julio, día también memorable, escribe el presbítero Mateo Bruguera, tuvo lugar la ceremonia cívica que presenció Barcelona, en la ostentosa cuando indescriptible ceremonia de sacar y enarbolar el glorioso pendón de la invicta Santa Eulalia, estandarte mágico para los barceloneses, únicamente enarbolado en circunstancias de guerra.

 

Limitando nuestro propósito a la contribución en esta guerra de la Universidad y los estudiantes, debemos informar que estos se enrolaron como voluntarios en las fuerzas de la Coronela, que así eran designadas las milicias ciudadanas formadas por batallones de todos los gremios sin excepción ; en el quinto de San Severo figuraba la 9.a Compañía con 145 hombres integrada por estudiantes de Medicina, Filosofía y Teología; tenían por capitán al doctor José Fornés, catedrático de prima de Medicina, Teología y Filosofía."

 

Pedro-Pons A (Agustí). De las antiguas facultades de medicina al Hospital Clínico de Barcelona I. Medicina & Historia. 1964; 1(1): 5–16.

 

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