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La medicina novecentista

 

“La primera característica de la medicina novecentista fue su nacionalismo inflamado y militar. Era la vertiente científica del catalanismo que pretendía crear ciencia nacional.

 

La segunda característica es la voluntad consciente y deliberada de hacer una labor original, una obra propia, crear una cultura autóctona, enraizada en el país y proyectada hacia el mundo.

 

La tercera característica es el interés de la búsqueda básica y la ciencia experimental. No había suficiente con la simple observación y catalogación de la Naturaleza y la Patología.

 

La cuarta característica es la lengua: hacer ciencia en catalán. El renacimiento literario del catalán durante el siglo XIX no asumió el ámbito de la ciencia, pero con el nuevo siglo también varía la actitud de los científicos respecto a la lengua propia.

 

La quinta característica es la voluntad de formar escuela, de crear tradición científica y conseguir la continuidad.

 

La sexta característica es la consciencia de la comunidad científica y de colectividad profesional.

 

La séptima característica es la progresiva institucionalización de la medicina, coincidiendo con la creación de grandes instrumentos de trabajo colectivo.”

 

Sabaté i Casellas F [Tesi doctoral]. Política sanitaria i social de la Mancomunitat de Catalunya, 1914-1924. Universitat de Barcelona, 1992.

 

 

La investigación en tiempos de la Mancomunidad

 

“Los gruesos volúmenes de la Mancomunidad sobre la organización, la obra hecha y la que quedaba por hacer, que durante la dictadura de Primo de Rivera pudieron ser considerados por sus autores colectivos como un verdadero testamento político, nos dan una idea de hasta qué punto se puso todo un sistema institucional al servicio de la investigación. Paralelamente, mostraban como se intentó instrumentalizar su producto en aquel afán político global que Verdeguer había denominado el trabajo de “Catalunya endins”, llevado aquí a sus últimas consecuencias y, de cómo en este sentido se creó la necesidad de realizar una muy diversificada investigación aplicada.

 

Es evidente que, si la actividad científica catalana alcanza en el período que nos ocupa una extraordinaria importancia, es también gracias a la existencia de unos condicionamientos humanos idóneos. La maestría ejercida por un conjunto de hombres de excepcional categoría será decisiva para el funcionamiento de nuestros centros. Ramon Turró y August Pi i Sunyer son los responsables de las realizaciones catalanas por lo que concierne a la investigación médica básica. En cuanto a temperamento y comportamiento, en absoluto obedecen al modelo generalizado del hombre de ciencias. Nunca se encerraron en sus laboratorios aislándose de la realidad viva que los envolvía. Al contrario, participaban activamente en la lucha política, además, sus centros de trabajo, acabada la faena diaria, se convierten en lugares de discusión política y humana de primer orden.

 

El ideal nacionalista de Ramon Turró y August Pi i Sunyer no da lugar a duda. Ambos fueron de ideología progresista y fueron los primeros en saber aplicar en el Estado español las técnicas de trabajo en equipo, en consecuencia, de la progresiva adquisición de consciencia colectiva. Supieron estimular suficientemente a sus colaboradores para que, pese a que el suelo era penoso y obligaba a todos ellos al trabajo clínico y asistencial complementario, sacrificasen gran parte de su tiempo y esfuerzo en las actividades científicas.

 

La escuela de Biología de Barcelona, de auténtica reputación europea, fue obra de todos y sentida por todos. Se cumplía así el viejo deseo de Prat de la Riba: la ciencia catalana, dando testimonio, se extendía por el mundo.”

La Recerca als Països Catalans: llibre d’homenatge a Jordi Rubió i Balaguer. Barcelona: Secretariat de l’Àmbit de Recerca del Congrés de Cultura Catalana, 1978.

 

 

Ramón Turró [Malgrat de Mar, 1854 – Barcelona, 1926]

 

“Ramon Turró fue una de las personalidades más importantes de la ciencia catalana. De vida relativamente movida y bohemia en los primeros años, luchados contra el carlismo, estudiante irregular de medicina, estuvo unos años viviendo como periodista en Madrid y polemizando hasta con Letamendi. La amistad con Jaume Pi Sunyer, catedrático de Patología General que hizo que se llevase un laboratorio a la Facultad de Medicina de la calle del Carmen, donde se hizo una labor importante para emplear métodos modernos de análisis en el diagnóstico de los enfermos.

 

Después dirigió el Laboratorio Microbiológico Municipal, desde donde creó escuela y, asimismo, polémica. Creó también un laboratorio propio en la calle de la Notariado. Fue el primer maestro personal de August Pi Sunyer desde los años de adolescencia.

 

Pese a que su arrebato fue un elemento de cohesión, se le ha valorado como iniciador de estudios de psicología, y como filósofo, con su obra sobre los orígenes del conocimiento y de la inmunología.

 

También tiene una obra poética y literaria, defendiendo a Verdaguer, publicando algún libro de versos juveniles, o como veterinario, y así como fue presidente del Colegio de Veterinarios de Barcelona durante bastantes años. Fue miembro y vicepresidente de la Academia de Medicina, contestando el discurso de ingreso de August Pi Sunyer.”

 

Corbella i Corbella J, Pujol i Ros J, Escudé i Aixelà MM. L’Institut de Fisiologia de Barcelona : memòria gràfica. Barcelona : Seminari Pere Mata. Universitat de Barcelona; 2007.

 

 

El Laboratorio de Psicología Experimental

 

“El laboratorio fue puesto bajo el patronado científico del Instituto de Estudios Catalanes, que nombró como inspector-delegado del Laboratorio al Dr. Ramon Turró. Como director del Laboratorio fue nombrado el Dr. George Dewelshauvers, con un sueldo de 7.000 pesetas al año como asistente-auxiliar del Laboratorio, la Sra. Dewelshauvers, con un sueldo de 2.000 pesetas al año. Con el laboratorio de Psicología Experimental se refundían los trabajos y funciones de experimentación asignadas a los suprimidos Seminarios-Laboratorios de Filosofía y Pedagogía.

 

El gran reto biológico de principios del siglo lo constituía el problema de la relación psicoorgánica en los límites de la fisiología y la psicología. La relación entre los mecanismos conscientes, subconscientes e inconscientes y su nexo de unión. Dewelshauvers buscaba el paso de la vida orgánica a la consciencia. Los biólogos tienen las mismas inquietudes para encontrar las necesidades tróficas del organismo, las raíces de la experiencia consciente (Turró) o para descubrir el juego de los mecanismos subyacentes de la sensibilidad interna (Pi i Sunyer).”

 

Sabaté i Casellas F [Tesi doctoral]. Política sanitaria i social de la Mancomunitat de Catalunya, 1914-1924. Universitat de Barcelona, 1992.

 

 

El Instituto de Fisiología

 


Institut de Fisiologia
A Mancomunitat: l'obra realitzada

“La tradición de trabajo biológico, empleando el método experimental, arranca a partir de la fundación del Laboratorio Municipal de Barcelona y de los trabajos aislados Ramón y Cajal y Jaume Pi i Sunyer en la Facultad de Medicina. Los dos núcleos mencionados reciben la influencia e introducen corrientes científicas y métodos de trabajo en el extranjero. Estos dos tipos de núcleos iniciales despertaron la llama investigadora de una plantilla de jóvenes biólogos empapados de curiosidad intelectual y de amor a la ciencia, que se formaron en la primera década del siglo bajo la maestría de Ramon Turró y August Pi i Sunyer, continuadores de la obra de Jaume Ferran y Jaume Pi i Sunyer.

 

Las dos principales branques conreadas eran la Microbiología y la Fisiología, con clara influencia de las escuelas francesas de Pasteur y Claude Bernat, que posteriormente se extenderían a Alemania y a los Estados Unidos, destino de viaje de sus discípulos en la segunda década del siglo XX. Como muchas otras instituciones pensadas o creadas bajo la guía de Prat de la Riba, el Laboratorio de Fisiología estaba pensado en función de una persona: August Pi i Sunyer.

 


Institut de Fisiologia
A Mancomunitat: l'obra realitzada

Prat no creía en el poder taumatúrgico de las leyes que crean instituciones, antes en poder vivificador de los hombres que las desarrollaban. La ley, por otra parte, necesaria, era el esqueleto, la estructura; los hombres comprometidos eran los que daban vida y funcionamiento a cualquier constitución. Pero, pese a que los planes estaban, las personas apropiadas para desenvolverlos también y las partidas presupuestarias ya habían estado anotadas, desconocían las causas que frenaban la puesta en marcha de estos laboratorios.

 

Una de las razones parece ser la reticencia de algunos elementos políticos y culturales de la Mancomunidad de montar un Laboratorio que fuese ligado a una institución oficial del Estado. Hubo miedo de perder o malgastar esfuerzos y dineros. Se deseaba que los Seminarios-Laboratorios tuviesen autonomía, vida propia en los aspectos económicos, científicos y administrativo o legal. Para obtener su pervivencia y efectividad, no se quería que estuvieran unidos los avatares políticos de la Mancomunidad ni a la inercia burocrática de la Universidad.

 

Pero este punto de equilibrio y autonomía se mostraba difícil de conseguir, puesto que el hecho de depender económicamente de la Mancomunidad y científicamente se nutrían de la Universidad. El Seminario-Laboratorio de fisiología fue alojado dentro de la Facultad de Medicina en unas dependencias del tercer piso, sobre la Cátedra de Fisiología. Fue el fruto de un entendimiento entre la Universidad, que cedía los locales y, la diputación de Barcelona, que da las instalaciones y el presupuesto para el funcionamiento.

 

La creación del Seminario-Laboratorio de Fisiología tuvo lugar el 8 de julio de 1920 por un decreto del Consejo Permanente. El largo camino recorrido desde su concepción hasta su nacimiento fue el fiel reflejo de las vicisitudes y limitaciones de la ciencia y la política autóctonas de la época.”

Sabaté i Casellas F [Tesi doctoral]. Política sanitaria i social de la Mancomunitat de Catalunya, 1914-1924. Universitat de Barcelona, 1992.

 

 

Los Pensionados en el extranjero

 


Hospital cantonal de Ginebra
A Zariquiey R. Memoria

Hospital cantonal de Ginebra
A Zariquiey R. Memoria

“Los libros de Tomàs Busquet Teixidor y de Ricard Zariquiey son dos buenos ejemplos de ambición y de la vocación modernizadora de la búsqueda promovida por la Mancomunidad.

 

Los dos investigadores, formando parte de comisiones de expertos, fueron enviados al extranjero por tal de estudiar los modelos más eficaces, modernos y exitosos para las instituciones que querían crear o reformar: la asistencia de los enfermos mentales por parte de Tomàs Busquet y la Casa de la Maternidad por parte de Ricard Zariquiey.

 


Pensionados en el extranjero
A Mancomunitat: l'obra realitzada

Otro de los aspectos significativos – en parte ya apuntado - que ya encontramos en funcionamiento antes de la Mancomunidad fue el que hace referencia a los “pensionados en el extranjero”, hombres enviados, según palabras de Bofill (incluidas en el trabajo que vamos siguiendo) a aprender a estudiar, investigar y organizar. Y este autor aún precisará más adelante que “(…) nos es absolutamente y urgentemente indispensable. Es la única manera de provocar, como ha hecho Japón, una rápida asimilación de cultura. Es la única manera de improvisar el primer grado de una civilización”.

 


Pensionados en el extranjero
A Mancomunitat: l'obra realitzada

No hay duda entonces de que, como los otros, esta iniciativa responde a una planificación global de gobierno que es, en definitiva, la que da orientación y el sentido a la investigación que se producía en aquel momento. A parte de la consideración de su éxito escaso desde el punto de vista de conjunto, los pensionistas trabajaron en el extranjero sabiendo que, en su retorno a Cataluña, debían tener asegurado un lugar técnico y directivo dentro de los equipos de gobierno catalán. Y, por extensión, podemos casi saber que es todo un sector de la sociedad catalana el que se preparó conscientemente y a corto termino para una labor definida. Entre otros, esta será una de las causas fundamentales de la aceptación general de Prat de Riba, una aceptación bien significativa, sobre todo, en el proceder de hombres de ideología diferente a la oficialmente representada por el presidente.”

 

Sabaté i Casellas F [Tesi doctoral]. Política sanitaria i social de la Mancomunitat de Catalunya, 1914-1924. Universitat de Barcelona, 1992.

 

 

Las limitaciones reales

 

“Tenemos que tener presente el hecho de que la repercusión real y social de la obra que se produce en el período es mucho más limitada que lo que indican la magnitud de los proyectos, estudios, presupuestos y dictámenes. En la falta endémica de dinero y la significación de una división de atribuciones de carácter administrativo con el gobierno central, verticalista y siempre limitado, se sumaba otra de las fundamentales limitaciones de la Mancomunidad (i de su repercusión en la vida cotidiana). Se trataba de la creciente tensión social y de la comprensión de la clase obrera que la política reformista de aquel organismo solo podía aportar unas mejoras concretas mínimas y a largo plazo, relativización en la cual se sumaban hechos determinados como el aumento imparable del coste de vida y el del paro forzoso.

 

Es a partir de 1919, cuando con una casi total independencia respecto a la burguesía y plantándole cara, las posibilidades de control de la Mancomunidad por parte de las clases medias se convirtieron en notorias y reales (por ejemplo, impulsan y consiguen que el despido de Xènius después de la acusación de fondo de incompetencia “burocrática”). A partir de este momento, el aislamiento de la Mancomunidad vendrá determinado por el abastecimiento y la bipolarización de la guerra social la vida catalana demostrando la inviabilidad del contradictorio proyecto de la burguesía. De todas formas, a parte de estas consideraciones de orden general, podemos pensar que precisamente la búsqueda, por su carácter inicial y motor de todo tipo de proyectos (como mínimo tan importantes como la búsqueda aplicada más sometida a aquella dinámica más general), fue una de las actividades menos afectadas por la inestabilidad del período”.

 

La Recerca als Països Catalans: llibre d’homenatge a Jordi Rubió i Balaguer. Barcelona: Secretariat de l’Àmbit de Recerca del Congrés de Cultura Catalana, 1978.

 

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