TFG/TFM: 2. Búsqueda de información

 

En este apartado nos centramos en la búsqueda de fuentes de información secundaria que necesitaremos para documentar nuestros trabajos. En general, los trabajos académicos se basan, principalmente, en la investigación primaria, que puede ser de muchos tipos, dependiendo de la disciplina y de la metodología de trabajo escogida.
 
 
Si, por ejemplo, nuestro trabajo se basa en el estudio de una obra literaria o de una película, estas obras serían las fuentes primarias de nuestra investigación. Todos los libros, artículos, estudios críticos u otros documentos que nos ayuden a entenderlas, interpretarlas o explicarlas serían nuestras fuentes secundarias.
 
 
Otro ejemplo de fuentes primarias como base de una investigación sería el trabajo directo con fondo patrimonial. Consulta las Propuestas de TFG y TFM con fondo del CRAI Biblioteca de Reserva

 

 

2.1. Elección del tema

 

 

A la hora de escoger el tema, es importante que elijamos uno que nos guste. Le dedicaremos muchas horas y nos será todo más fácil si el tema nos motiva y estimula.

  

Hemos de tener muy en cuenta el tiempo del que disponemos, según la complejidad del trabajo, y seguir los consejos de nuestro tutor.
 
 
Si no tenemos claro el tema del trabajo, la reflexión y las lecturas sobre una materia más amplia que nos interese nos pueden ayudar a encontrarlo.
 
 
También los medios de información y las redes nos pueden proporcionar ideas que nos inspiren y, así, comenzar a concretar nuestros intereses de investigación. También podemos encontrar temas repasando el material de las asignaturas que más nos hayan interesado durante los estudios.
 
 
Existen diferentes técnicas que nos pueden ayudar a la hora de decidir, plantear y reflexionar sobre el tema y para empezar a definir el enfoque y la estructura del trabajo.
 
 
Investigación preliminar: hacer una búsqueda general por los temas de interés inicial para ver qué aspectos se han estudiado y cuáles se echan en falta, detectar lo que se desconoce o ver qué bibliografía tendremos a nuestra disposición. Mientras se hacen las correspondientes lecturas preliminares, se puede ir definiendo  y concretando el tema y planificando su enfoque.
 

Lluvia de ideas: las técnicas de lluvia de ideas (brainstorming) pueden ayudar a enfocar y a organizar las ideas.

 

Escritura libre: escribir sobre el tema durante unos diez o quince minutos seguidos, sin detenerse a pensar en el estilo o en la estructura, dejando que las ideas fluyan, puede ser un buen modo de ver si el tema es demasiado amplio o demasiado limitado. Esta técnica también puede provocar que se nos ocurran nuevos argumentos o enfocar el tema desde una nueva perspectiva. 

 

Mapas conceptuales o esquemas textuales: también obligan a la reflexión alrededor de un tema y de sus posibles desarrollos. Se pueden hacer mapas con los temas que vayan surgiendo, apuntando para cada uno su relevancia, las posibilidades que proporciona para hacer el trabajo y su interés. Podemos hacer crecer el mapa con subtemas e ideas relacionadas. Eso nos dará una perspectiva del alcance y de la estructura que puede llegar a tener el trabajo.

 

Estrategia conversacional: hacerse una serie de preguntas sobre el tema e intentar contestarlas. Se puede llevar a cabo el mismo ejercicio conversando con algún compañero o con una persona de confianza. Esta técnica te permite aclarar o desarrollar las ideas iniciales del trabajo.

 
 
 
 
2.2 Preparar la búsqueda
 

Pantalla completa

 

 

2.2.1 Las palabras clave

 

Antes de empezar a buscar bibliografía es importante que el tema del trabajo esté claramente definido. A partir del enunciado del trabajo, podemos extraer aquellos términos, conceptos y palabras clave significativas que describan bien nuestra investigación.

 

Las palabras clave son los términos que nos ayudarán a transmitir el concepto principal del tema y nos servirán como base para empezar a buscar en catálogos y en bases de datos. Para comenzar, podemos confeccionar una lista de las palabras clave que incluya también:

  • Sinónimos: nos ayudarán a la hora de acotar el tema y en el momento de pensar en un título.
  • Equivalencias en inglés y en otras lenguas relevantes.
  • Términos relacionados.

 

Esta lista no debería ser fija o inamovible. A partir de las lecturas que vayamos haciendo y de los resultados de las búsquedas bibliográficas, nos iremos familiarizando paulatinamente con la terminología utilizada por los expertos de nuestro ámbito temático y descubriremos nuevos términos o conceptos para incluir o sustituir a la hora de plantear la búsqueda.

 

 

2.2.2 La estrategia de búsqueda
 

 

Mediante las diferentes búsquedas que vayamos realizando, iremos probando la eficacia de las palabras clave de nuestra lista y cambiaremos todas las que sean necesarias hasta que los resultados sean satisfactorios, tanto en número como en contenido.

 

El problema más habitual cuando buscamos información es el exceso de referencias bibliográficas resultante. Para evitarlo, podemos utilizar algunas herramientas y estrategias de búsqueda:

  • Las palabras clave: para concretar la búsqueda podemos añadir más palabras clave.
  • Los filtros: utilizar alguna opción disponible para filtrar la información (por ejemplo, por tipo de documento, fecha, idioma, etc.)
  • La búsqueda avanzada: la búsqueda avanzada que ofrecen algunos catálogos y bases de datos nos permite concretar los campos donde queremos que se busquen los términos introducidos. Por ejemplo, podemos indicar que se busque en el campo del título o en el de las materias.
  • Las materias: si la herramienta dispone de un thesaurus y a las referencias se les asignan una o más materias, se podrá hacer la búsqueda a partir de este vocabulario controlado, que nos proporcionará unos resultados más precisos.
  • Los operadores booleanos: con los operadores booleanos (AND, OR, NOT) se pueden combinar los términos y especificar mejor los argumentos de la búsqueda. En caso de obtener un exceso de resultados, nos hemos de asegurar de estar empleando AND, que es el operador que la mayoría de buscadores incorpora por defecto. Para excluir términos no pertinentes podemos utilizar el operador NOT.
  • Las bases de datos: si buscamos en una base de datos especializada, los resultados suelen ser menos abundantes que en los buscadores generales.

 

Cuando los resultados sean demasiados escasos:

  • Palabras clave: ampliaremos los resultados de la búsqueda reduciendo el número de palabras clave.
  • Operadores booleanos: para ampliar los resultados se pueden utilizar sinónimos, o términos equivalentes, separándolos entre sí con el operador OR.
  • Técnicas de búsqueda (truncamientos): si la base de datos lo permite, utilizaremos el asterisco (*) para buscar plurales o palabras derivadas y el interrogante (?) para sustituir caracteres. Algunas bases de datos ya identifican estas variantes de forma automática.

 

 

2.3 Documentar la búsqueda

 

 

 

 

Tomar nota de las búsquedas que vayamos haciendo nos ayudará a no tener que repetirlas en diferentes momentos del proceso de realización del trabajo (citación, documentación y referencias) y poder volver sobre nuestros pasos cada vez que sea necesario.

 

Tanto el buscador del CRAI como la mayoría de portales y bases de datos ofrecen la posibilidad de tener un perfil o registro personal en la plataforma, donde poder guardar el historial de las búsquedas y, así, poder volverlas a ejecutar o revisar cada vez que nos convenga. También se pueden crear alertas para recibir avisos de los nuevos documentos que se hayan ido incorporando a la base de datos sobre la temática de nuestro interés.

 

Un gestor de bibliografía como Mendeley o Zotero nos puede ayudar en este proceso, dado que disponen de herramientas de organización (etiquetas y colecciones) y de anotación (subrayado y anotación de PDF y notas generales). En el apartado 6 de esta guía se habla de la gestión de la bibliografía.