Publicat al 1968, el llibre de James Watson, “La doble hélice. Una revisión autobiográfica del descubrimiento del ADN"", ha estat molt controvertit per diferents motius, entre els quals cal destacar el comentari sobre la Rosalind Franklin:
«…no li faltava atractiu, i hauria pogut ser força impressionant si hagués tingut el més lleu interès per la roba. Però no ho feia. Res de pintallavis que contrastés amb el seu cabell negre , mentre als trenta-un anys els seus vestits tenien tanta imaginació com els de les adolescents angleses amb mitjons-blaus.

Publicado en 1968, el libro de James Watson, "La doble helice". Una revisión autobiográfica del descubrimiento del ADN",. hHa sido un libro muy controvertido por diferentes motivos, entre los que cabe destacar, el comentario sobre Rosalind Franklin:
de atractivo, y Habría Podido resultaba bonito si hHubiera mostraba el menor interés por vestir Bien. Pero él no lo hizo. Nunca usó labios pintados para contrastar con su cabello negro y lacio, y a sus 31 años, todos sus vestidos mostraban la imaginación de los nerds adolescentes ingleses”. El libro no se ha traducido al catalán.“ ...no carecia de atractivo, y si hubiera prestado un poco más de interès a su modo de vestir habria resultado deslumbrante. Pero no lo hacia. Nunca había carmín en sus labios que contrastara con sus negros cabellos y, a sus treinta y un años, su atuendo no demostrava más imaginación que la de las adolescentes inglesas de calcetines azules.”

Published in 1968, James Watson's book The Double Helix. A is an autobiographical review account of the discovery of DNA. It has been a controversial book for various several reasons, including the a commenttary abouton Rosalind Franklin:
«... she was not unattractive and might have been quite stunning had she taken even a mild interest in clothes. This she did not. There was never lipstick to contrast with her straight black hair, while at the age of thirty-one her dresses showed all the imagination of English blue-stocking adolescents.attractive , and she could have been very pretty if she had shown the slightest interest in dressing well. But he didn't. She never wore painted lips to highlight the contrast with her straight black hair, and at 31, all of her dresses showed the imagination of English teenage nerds.» ”